En estos tiempos que nos está tocando vivir se nos está olvidando lo más importante: enseñar a nuestros hijos a ser felices.
La tecnología parece la madre de nuestros hijos. Antes de decir papá ya han aprendido a manejar cualquier dispositivo electrónico y su primera risa ya no es cuando sus padres le hacen pedorretas sino cuando le ponen un video de dibujos en la tablet.
En estos tiempos en los que se nos está olvidando el contacto físico, emocional y directo; lo estamos sustituyendo por el contacto táctil a través de una pantalla. En estos tiempos en los que los niños (creemos) lo tienen todo se nos está olvidando lo más importante, enseñarles a ser felices, a gestionar sus emociones, a valorar su alrededor, a respetar, a ser tolerantes y a aceptar los éxitos y los fracasos.
¿Y es que realmente pensáis que lo tienen todo? Tienen la mejor ropa, la mejor videoconsola, el mejor móvil….Tienen matrícula en cosas superficiales, en objetos, en banalidades. Le podéis poner delante un móvil de última generación y serán capaces de decirte todos las características y su funcionalidad, sin titubear. Pero, ¿y cuando tienen una emoción delante? Ahí está el problema. Se quedan en blanco, no saben reaccionar o reaccionan de una manera excesiva e inadecuada. No saben actuar ante situaciones de la vida. Y eso, queridos padres es un problema que conlleva a que nuestros hijos se sientan vacíos, frustrados, perdidos….
Nuestros hijos se encuentran sobre-estimulados y sobre-regalados de materiales.
Una vez una madre me preguntó en consulta “¿qué le pasa a los niños de hoy en día si lo tienen todo y aun así no son felices?” Y mi respuesta fue: “Ese es el problema. Lo tienen todo. Están llenos a nivel material. No valoran absolutamente nada porque antes de que el niño pida algo ya lo tiene; antes de que el niño monte una rabieta, los padres han accedido al chantaje; antes de que el niño llore,el padre cede y retira el no por respuesta. Están llenos de material y vacíos de emoción.”
Si queremos que nuestros hijos sean educados, respetuosos, buenas personas y en definitiva que sean felices y que valoren el esfuerzo que hacemos como padres deberíamos tener en cuenta y poner en práctica las pautas que ya publiqué en mi post anterior «Decálogo para que un niño sea feliz» https://mariapicado.com/decalogo-para-que-un-nino-sea-feliz
Ser padres no es fácil y los hijos no vienen con un libro de instrucciones. Son una página en blanco que los padres tenemos que ir rellenando. Unas veces nos equivocaremos y el tiempo nos hará verlo y otras veces acertaremos. Pero en todas ellas habremos intentado hacer lo mejor posible para nuestros hijos.
Lo importante no es la cantidad de ropa, juguetes y dispositivos electrónicos que un niño tiene. Lo importante es que un niño aprenda a valorar todo lo que tiene a su alrededor. Y sin duda, la mejor herencia que podemos dejarle es la inteligencia emocional y el valor de la educación.
«Educar la mente, sin educar el corazón, no es educar en absoluto.» Aristóteles